El verano es una buena temporada para su hijo. Sobre todo porque podrá beneficiarse de ti … y de nuestras ideas de juegos para descubrir su cuerpo, mover sus músculos y domar la separación.
Juegos para que descubra su cuerpo
Un aliento sugerente
- La torta de aire le da a su hijo una sensación general de frescura en el cuerpo. Lo ayudarás a obtener un conocimiento más refinado de sus extremidades, estómago, espalda, dirigiendo tu respiración a una parte muy específica: haz que suba desde la palma de su mano hasta su axila, pase por su muñeca y el codo villano (a ejemplo).
La línea de la hierba
- Elige una brizna de hierba que caminarás sobre las piernas de tu hijo, sobre su brazo, columna, alrededor de su cintura … Su punta suave «presiona» la sensación de una línea continua que se mueve sobre el cuerpo. No presione demasiado si le hace cosquillas …
Juegos para que sienta la dinámica de los músculos
El gato de espalda redonda
- Acueste a su bebé boca arriba sobre una toalla, agarre sus muñecas. Levántelo, suavemente, para colocarlo en una posición sentada, y luego bájelo lentamente a una posición supina. Este ejercicio le permite tomar conciencia de los músculos de la espalda y fortalecerlos.
El gallo que levanta la cabeza
- Gírelo boca abajo, con las piernas rectas y juntas (tanto como sea posible). Agarra tus muñecas. Levanta los brazos muy lentamente para que su busto se despegue unos centímetros de la toalla … y baje lentamente. Otro movimiento de construcción de músculos en la espalda que lo prepara para «sentarse solo».
Juegos para domar la separación
Invente pequeños juegos donde la separación sea seguida inmediatamente por la reunión.
Donde esta mama ?
- Es el inevitable juego del «cuco». Primero, es tu cara la que escondes debajo de una toalla y acompañas tu gesto con el tradicional: «Oye, ¿dónde está mamá (papá)? Ella (él) se fue (en) … ¡No, ahí ella (él)!» “Anúnciate triunfante. Tu pequeña ansiedad solo será efímera, y el placer de volver a ver tu rostro será inmediato. Risas y palmaditas dirán … La emoción seguirá siendo la misma tantas veces como empieces de nuevo.
- Cuando su hijo conozca este juego, es en su cara que puede poner la toalla (no por mucho tiempo, porque los negros impresionan a los más pequeños).
Pelota corta, corta …
- Cuando te sientas junto a tu pequeño, haces rodar una pelota lejos de ti. ¿A dónde se fue a esconder? Búscalo sin tu hijo, pero pregúntale: «¿Crees que ha llegado tan lejos?». «,» ¿Detrás de estos pastos altos? «,» ¿O quizás detrás de este enorme? «,» ¡Sí, ahí está! »… ¡Uf! nada se pierde, todo se encuentra!