Las consultas médicas de reanimación están aumentando: ¿realmente deberíamos preocuparnos? ¿Cómo distinguir la regurgitación «normal» de una ERGE real? Actualización con el profesor Patrick Tounian.
¿La ERGE (enfermedad por reflujo gastroesofágico) afecta a más bebés que antes?
- No, los bebés siempre han sido propensos a la reanimación. La patología no está más extendida, pero parece que los padres la toleran menos. Cuando son frecuentes y abundantes, son una vergüenza para el niño … pero especialmente para ellos. Esta incomodidad depende mucho de la familia: una tolera dieciocho regurgitaciones al día sin parpadear mientras que la otra consulta a partir de las tres.
¿Cómo distinguir la regurgitación «normal» de una ERGE real?
- Es una verdadera ERGE cuando la reanimación se acompaña de otras patologías. Estas complicaciones pueden ser bronquitis, incluido asma, y laringitis recurrente.
- El mecanismo es el siguiente: la acidez sube hasta la unión orofaríngea (la laringe va a los pulmones, la faringe va al estómago). En este nivel, la acidez puede ir «mal» y volver a caer en el agujero equivocado y causar inflamación. Otra posible complicación, pero muy rara, es la esofagitis. Esta esofagitis puede detectarse mediante regurgitación sanguinolenta y se confirmará mediante fibroscopia. Muchos padres creen, a menudo erróneamente, que un niño que llora mucho y revive tiene esofagitis. De hecho, esta patología afecta a menos del 1% de los lactantes.
¿Cuándo es necesaria una consulta?
- Además de las complicaciones descritas anteriormente, es necesario consultar cuando se excede el límite de tolerancia de los padres. La regurgitación es sobre todo un problema de confort y generalmente no tiene un carácter grave para la salud del niño. Las regurgitaciones son fisiológicas en los lactantes de pocos meses, ya que su sistema antirreflujo aún no es funcional. Hasta cierto punto, son por tanto «normales». Muy pocos niños no reviven en absoluto.
- Si los padres ya no pueden soportar estas regurgitaciones, especialmente si son voluminosas, es decir, cercanas a los vómitos, es necesario consultar. Tanto para tratarlos como para buscar otro diagnóstico, como una alergia a las proteínas de la leche de vaca o una malformación anatómica.
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