La cantina, ¡qué descubrimiento!

El comedor es uno de los aspectos más destacados de la vida escolar. Y este año, su hijo también descubrirá la alegría del refectorio.

El problema

Almorzar con otros treinta amiguitos sigue siendo diferente de una comida en la mesa con papá y mamá. Temes que tu hijo aún sea pequeño para cumplir con las grandes mesas y el bullicio.

Quien está molestando

  • Tu niño. No tiene el mismo sabor que en casa y las comidas no se sirven allí de la misma manera. No es de extrañar que estuviera un poco perdido al principio.
  • Tú. Hasta ahora, eras tú quien estaba detrás de la estufa. Pero debemos delegar esta responsabilidad. Y eso te preocupa un poco.

¿No está dispuesto a comer en el comedor?

«Dile a mamá, ¿estamos comiendo en casa al mediodía?» Todas las mañanas tu pequeño colegial te hace la misma pregunta. Parece que no le gusta el comedor.

  • Lo que debe hacerse Comer en la escuela requiere un esfuerzo de ajuste real para su hijo. Está en un ambiente colectivo e impersonal. Para darle referencias, muéstrale la catedral al comienzo del año escolar y consulta los menús de la semana con él. Para estar seguro, debe sentir que usted acepta delegar la tarea de alimentarlo a la escuela. No niegue la cantina, enfatice sus puntos positivos: ¡puede reírse con sus amigos y comer papas fritas el jueves!
  • Qué decirle a él. «Yo también, almorcé en el comedor de mi oficina», «No puedo recogerte al mediodía porque estoy en el trabajo».

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