En casa, en la escuela o con sus abuelos, su hijo debe familiarizarse con diferentes reglas de cortesía. ¿Cómo hacerlo y construir su propio código de buenos modales?
- Si los padres son el eje central de la educación y los iniciadores de las reglas de cortesía, sus hijos se codean con otras personas, sus maestros, sus abuelos, sus nietos …, que también requieren atención especial de su parte.
- ¿Cómo lo maneja? Confiando en los conceptos comunes y coherentes que cada uno le transmite. Aprenderá que la forma puede variar, pero rara vez es sustancia y que puede adaptar su comportamiento a lugares y circunstancias.
- ¿Su abuela quiere que la bese para saludarla mientras su amante está feliz con un saludo oral? El formulario tiene dos formas diferentes de presentarse, pero en la parte inferior el mensaje es el mismo: tiene que decir «hola» y es esta opinión la que tiene que mantener.
- Poco a poco aprenderá que la cortesía no es necesariamente una sino varias, cortesía de modales, cortesía de la mente y el corazón.
Alteza: tienes que entenderlo
- Pero para tener sentido, la cortesía debe ser entendida sobre todo por el niño, que debe adaptarla a través de sus propias experiencias. «La alteza no es necesaria, se transmite», recuerda Christine Brunet, psicóloga clínica.
- Diariamente, un niño valida las reglas de buen comportamiento que su iniciador le enseña confrontando al grupo que lo fortalecerá en su convicción de que son necesarias. Depende de los adultos ayudarlo a encontrar la armonía consigo mismo al mantenerse constante en sus mensajes para que comprenda todos los problemas detrás de estas reglas.
- Aprende que se esforzará por toda su vida.
Alteza: el mensaje debe ser coherente
- Para Dominique Picard, profesor de psicología social *, «para que un niño encuentre su camino, el mensaje de sus diversos interlocutores debe ser coherente». Los padres pueden ser más exigentes que el maestro o viceversa, pero lo importante es que no siente contradicciones. Por ejemplo, le enseñarán a decir «hola», pero puede haber varias formas de hacerlo: ponerse de pie cuando el maestro ingrese a la clase, besar a su abuelo, hola lejos de un vecino …
- Lo importante es que él entiende el significado de este acto. La alteza no es una serie de reglas sin sentido, es un código de condiciones que gradualmente se hará evidente. Un niño comprende muy bien que puedes expresar lo mismo en diferentes tonos. Y si está sorprendido, es bastante fácil explicarle. Tenga cuidado de no anticipar sus preguntas y arriesgarse a hacer que su mundo sea más complejo e incómodo. «
Stéphanie Letellier
© Revista SuEducacionEmocional
* Autor de cortesía, buenos modales y relaciones sociales, ed Puf, coll. Que sé yo