Desde el 22 de marzo de 2017, el casco de bicicleta es obligatorio para niños menores de 12 años, conductores o pasajeros. Una buena manera de protegerse contra los traumatismos craneales en caso de caídas.
¿Por qué usar un casco de bicicleta?
- En caso de caída, el casco protege contra traumatismos craneales y daño al cerebro al reducir el choque: absorbe el impacto al distribuirlo por toda la superficie.
¿Cómo lo elijo?
- El casco debe tener la marca CE + estándar NF EN 1078 y tener una correa debajo de la barbilla
- Cómpralo con tu hijo, porque cuanto más lo amen, más lo llevarán. Debe probarlo y comprobará que se ajusta a su tamaño: no debe moverse cuando se lo pone (para averiguarlo, debe sujetar el casco y sacudir la cabeza). Algunos modelos se venden con un kit de espuma para adaptar gradualmente el casco a la cabeza.
¿Y te sientes bien?
- Para ser efectivo, el casco debe estar atado y colocado en posición vertical en la cabeza, y no se incline hacia adelante o hacia atrás. Para proteger la frente, el borde del casco, debe estar dos dedos por encima de los párpados. Debe estar abrochado, atado (las correas en V justo debajo de las orejas) y a una distancia de un dedo entre la barbilla y la barra de la barbilla.
Una multa por no usar casco
- La multa por incumplimiento de esta obligación es de 90 euros para los adultos que transportan o acompañan a un niño en bicicleta.
¿Y en caso de accidente?
- Incluso mínimo e incluso si el casco se ve intacto, es mejor cambiarlo porque el material protector en el interior ya no es efectivo.
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