En los niños, la fatiga es difícil de ver porque, a diferencia de los adultos, no siempre son conscientes de su condición y no necesariamente dicen que están «cansados». Un mal informe, falta de entusiasmo, dificultad para levantarse por la mañana o concentrarse … conozca las señales.
- Cualquier cambio en el comportamiento normal de su hijo puede ser un signo de «bombeo». ¡Especialmente si pierde el deseo de jugar! Alrededor de los cinco años, su sistema nervioso aún no ha alcanzado la madurez. De repente, su cuerpo refleja esta fatiga de una manera ansiosa. Puede ser reacio a despertarse, tomar una dosis antes de lo habitual, pero también puede estar muy inquieto, irritable o tener dificultades para comer. Si no está seguro, no dude en consultar a su médico. Entre los 10 y 11 años, su hijo puede enviar señales que son más fáciles de descifrar: aumento de la somnolencia, disminución de los resultados escolares … Para averiguar si estas dificultades están relacionadas con la fatiga, pregúntele a su maestro de escuela. Él conoce bien su comportamiento diario.
MÁS TIEMPO: LA CAUSA
Estacionalidad
- Hay momentos del año en que todos se sienten cansados.. Es fisiologico. A veces, nuestro cuerpo ofrece menos resistencia al estrés circundante y nuestro rendimiento físico e intelectual se reduce: este es el caso alrededor del Día de Todos los Santos y a fines de febrero y principios de marzo.
- Muchos maestros también notan una disminución en el trabajo durante el segundo trimestre. «Los estudiantes traen menos material con ellos, se concentran más en las dificultades y leen su tarea», dice Romain Fraisse, maestro de escuela en CM2. Un fenómeno que el profesor también atribuye a la fatiga en los padres, menos vigilante que a principios de año cuando multiplican las buenas resoluciones.
Períodos de descanso insuficientes
- A esto se agrega un calendario escolar que no siempre es restaurativo. Durante el famoso período crítico del Día de Todos los Santos, los niños solo tienen diez días libres. «Si bien recomendamos períodos de actividad de aproximadamente seis a ocho semanas, intercalados con quince días de descanso», dice François Testu, profesor de psicología. Dependiendo del área, algunos estudiantes tienen que esperar diez largas semanas después de Pascua para ver venir las vacaciones de verano.
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