Su hijo tiene una caries, un diente roto o simplemente es su revisión anual: no hay forma de escapar de una visita al dentista. ¿Tu hijo está preocupado? Tu también ? ¡Confía en este profesional para minimizar la situación!
¿A quién le molesta?
- Tu niño. Aunque ya conoce al dentista, capta: el universo limpio, los instrumentos lo asustan un poco.
- Tú. Puede que a usted mismo no le guste el tratamiento dental, le cuesta mucho apaciguarlo.
CASO POR CASO LA SOLUCIÓN
Es una simple visita de inspección.
- Desde pequeño, llevas a tu hijo al dentista una vez al año para comprobar que todo está bien. ¡Excelente reflejo! Esta prevención es importante: si un niño evita las caries en sus dientes temporales, es menos probable que tenga caries en sus dientes permanentes. ¿Su adulto ya tiene un diente permanente o un «diente de 6 años»? Esta será una oportunidad para aplicar barniz de fluoruro en sus pistas para evitar que las bacterias ataquen el diente y provoquen caries.
- Lo que hay que hacer. Evite darle demasiados detalles a su hijo sobre cómo está progresando la visita, puede preocuparlo. Explique que el dentista observará los dientes, los contará y le mostrará cómo cepillarlos correctamente. ¡Sencillo y relajante!
- Qué decirle. «Será como la última vez. «
Tiene caries
- No entre en pánico: tratar un diente de leche es mucho menos doloroso que tratar un diente permanente. El tejido dental está menos inervado y, por tanto, menos sensible. Y si es necesario, el dentista le da a su hijo un poco de anestesia colocando un acondicionador en las encías. Confíe en este profesional: sabrá cómo calmar a su hijo tomándose el tiempo de explicarle el uso de sus instrumentos antes de iniciar el tratamiento.
- Lo que hay que hacer. Si su dentista le pide que se quede en la sala de espera, no lo tome a mal. Su hijo está más tranquilo solo con el dentista: se siente tratado como un «adulto».
- Qué decirle. «El pequeño agujero en el diente, los microbios lo hicieron al alimentarse del azúcar que quedó en la boca. Por eso hay que cepillarse bien los dientes».
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